Andréi Dmítrievich Sájarov nació en Moscú, el 21 de mayo de 1921 y falleció el 14 de diciembre de 1989. Se destacó durante su carrera por ser, además de físico nuclear, un reconocido activista en favor de los derechos humanos y las libertades democráticas, al punto de considerarse que tuvo una gran influencia al final de la Segunda Guerra Mundial.
Entorno familiar
Sájarov fue hijo de Dmitri Ivánovich Sájarov (profesor de física y pianista amateur) y de Ekaterina Alekséyevna Sájarova. El humanismo y conciencia social de su familia influyeron decisivamente en su personalidad orientada hacia la justicia social y la lucha por la abolición de la pena capital. Sájarov creía que el universo y la vida humana son gobernados por una fuerza conductora superior, la cual no era abarcable científicamente.
Estudios
Sájarov entró en la facultad de Física de la Universidad Estatal de Moscú en el año 1938. Debido a la Segunda Guerra Mundial se mudó a Asjabad, en donde se graduó en 1941. Se dedicó a la investigación científica en la ciudad de Uliánovsk. En 1943, se casó con Klavdia Alekséyevna Víjireva, con quien tuvo dos hijas y un hijo antes de que ella muriera en 1969.
Regresó a Moscú en 1945 para estudiar en el Departamento de Física Teórica del Instituto de Física Lébedev de la Academia de Ciencias Rusa, lugar donde obtuvo su doctorado en 1947.
Su trabajo
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Sájarov comenzó a investigar sobre los rayos cósmicos y sus efectos sobre los seres vivos. En 1948 participó en el proyecto para construir la bomba atómica, bajo la dirección de Ígor Kurchátov. Sájarov se destacó en el desarrollo de la bomba de hidrógeno o bomba H.
En 1950 propuso la idea para un reactor nuclear de fusión controlado, el Tokamak, el cual todavía es un diseño básico para los proyectos actuales. En 1951 inventa el primer generador magneto-implosivo, comprimiendo campos magnéticos mediante explosivos. En 1965 Sájarov regresó a la investigación básica, comenzando a trabajar en los campos de la física de partículas y la cosmología.
Su contribución por la paz y el premio Nóbel
Sájarov estaba convencido de la importancia de su trabajo en el desarrollo de las armas nucleares. Poco a poco, desde finales de los 50, fue tomando conciencia de las implicaciones reales de sus descubrimientos y vislumbró riesgos de una guerra termonuclear, de esta manera cambió radicalmente su postura. En la década de los 60 participó activamente contra la proliferación de armas nucleares y la realización de pruebas nucleares, dando paso a la firma del tratado de prohibición de pruebas atmosféricas, espaciales y submarinas, firmado en Moscú en 1963.
Su distanciamiento de la física nuclear
A partir de la firma de ese tratado, por propia convicción y por creciente imposición de su gobierno, se fue alejando progresivamente de la física nuclear aplicada, para dedicarse más a la cosmología básica. Sájarov se convirtió en un crítico del régimen soviético, especialmente respecto a la carrera armamentista y la represión de las libertades civiles, lo que lo llevó a tener algunos problemas con las autoridades, lo cual condujo a una especie de “exilio” interno.
De las protestas al Nobel de la Paz
A pesar de las dificultades y riesgos, Sájarov continuó abogando por la paz y los derechos humanos. Su valiente postura lo convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia en todo el mundo. En 1975, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, por sus esfuerzos en favor del desarme nuclear y los derechos humanos.
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